La pequeña orquesta barroca se apoyaba principalmente en las cuerdas, que habían alcanzado, por mor de los luthiers de Cremona, una calidad inigualable.
Esta pequeña ciudad italiana fue cuna de tres familias de constructores de instrumentos cuya calidad aún hoy es un insuperable. De hecho, se desconocen los motivos del exquisito sonido de estos ejemplares, muchos de ellos perdidos o robados.
Lee este artículo al respecto.
Así como la sección de cuerdas tuvo este devenir reseñable, los aerófonos apenas mejoraron en su factura.
Veamos aquí la evolución de la chirimía renacentista en el oboe:
Verás que la chirimía tenía un cuerpo ligeramente cilíndrico, orificios que se obturaban como lo hacemos en la flauta de pico y, por supuesto, las dos lengüetas que vibran dentro de la cápsula de aire que es nuestra cavidad bucal. El oboe barroco, en cambio, tenía un cuerpo más trabajado, más torneada la madera. Oboe barroco
En cuanto al clarinete: hemos visto en clase el chalumeau. Ambos coexistieron en el Barroco.
En época de Rameau el primero difería del chalumeau en poseer campana y una llave situada cerca de la embocadura que hacía que sonora agudo y algo estridente (de ahí el nombre, relacionado con clarín).
Jean Philippe Rameau (lo conoces: has cantado al menos una de sus obras, ya que es el compositor de Frère Jacques) fue el primero en incluir al clarinete en la orquesta.
Los aerófonos de metal tampoco tenían pistones.
Veamos la trompeta actual y la barroca (que tenía orificios para obturar):
La prometida curiosidad trata del director de orquesta.
Las primeras orquestas barrocas tenían escasos integrantes, solo los timbales en la sección de la percusión y un director que usaba las elegantes pelucas de la época.
Pero más allá de su atuendo, la batuta era un bastón.
Veamos qué le pasó al compositor de corte Jean Baptiste Lully con ella.
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