Una de las sanas tradiciones que tienden a perderse es la transmisión oral de cuentos.
Hasta hace no mucho, quizá antes de la irrupción de los ubicuos dispositivos inteligentes, las madres cantaban y contaban historias musicalizadas.
Estas habían sido heredadas de los mayores e incluidas en el acervo familiar, transmitidas generación tras generación.
Es por esto que encontramos muchas versiones diferentes, de las que generalmente elegimos aprender una, aquella que más nos gusta.
Los romances fueron recopilados en los Cancioneros, o Romanceros, a fines del medioevo y comienzos del Renacimiento.
Los romances fueron recopilados en los Cancioneros, o Romanceros, a fines del medioevo y comienzos del Renacimiento.
Como forma poética, los romances son una serie indefinida de versos octosílabos asonantados monórrimos en los pares.
Como forma musical, se musicalizan los versos de a cuatro y se repite esa estructura melódica.
Comenzaremos aprendiendo el Romance del enamorado y la muerte.
Veremos ahora el romance que nos cuenta las desventuras amorosas del conde Olinos y trata dos tópicos muy recurridos en la literatura: una relación imposible por diferencias sociales pero que al fin y al cabo burla a la muerte misma, perpetuándose.
Para facilitar la ejecución en flauta del romance, incluyo aquí debajo cómo se tocan las notas. Recuerda que en la sección de la derecha, Haciendo música, tienes un link con acceso a la partitura, para tocar con acompañamiento. Puedes modificar el tempo a gusto. ¡Ánimo! ¡Que se haga la música!
Verso 1:
Madrugaba el conde Olinos
Verso 3:
a dar agua a su caballo
Verso 4:
a las orillas del mar.
Repeticiones:
a las orillas del mar
a dar agua a su caballo
a las orillas del mar.
canta un hermoso cantar
las aves que iban volando
se paraban a escuchar.
-Bebe, mi caballo, bebe,
dios te me libre del mal
de los vientos de la tierra
y de las furias del mar.
De la torre del palacio
la reina le oyó cantar:
-Mira, hija, cómo canta
la sirena de la mar.
-No es la sirenita, madre,
que esa tiene otro cantar,
es la voz del conde Olinos
que por mis amores va.
-Si es la voz del conde Olinos
yo le mandaré matar
que para casar contigo
le falta sangre real.
-No le mande matar, madre,
no le mande usted matar
que si mata al conde Olinos
a mí la muerte me da.
Guardias mandaba la reina
al conde Olinos buscar
que le maten a lanzadas
y echen su cuerpo a la mar.
La infantina con gran pena
no cesaba de llorar,
él murió a la medianoche
y ella a los gallos cantar.
A ella, como hija de reyes,
la entierran en el altar
a él, como hijo de condes,
cuatro pasos más atrás.
De ella nació un rosal blanco,
de él nació un espino albar,
crece el uno, crece el otro,
los dos se van a juntar.
La reina, llena de envidia,
ambos los mandó cortar.
El galán que los cortaba
no dejaba de llorar.
De ella naciera una garza,
de él un fuerte gavilán,
juntos vuelan por el cielo
juntos se van a posar.
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