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sábado, 27 de agosto de 2022

Sonatas para piano de Beethoven. Dos adagios.

Don Luis compuso 32 sonatas para piano.

Generalmente las sonatas tienen 4 movimientos, pero Beethoven los redujo a 3 en casi la totalidad de sus sonatas para piano.

La sonata número 8 la compuso a los 27 años, y no la llamó patética: esa fue una ocurrencia del editor.

Trabajaremos en el teclado virtual sobre la melodía A del rondeau del segundo de sus movimientos.

Enlace a la partitura

Pasamos a la sonata número 14. 

Esta sonata la compondrá recién estrenado el siglo, en 1801, a sus 30 años.

El primero de los movimientos suele ser un allegro, tanto en conciertos como en sonatas o sinfonías, pero en este caso es un adagio (más al gusto francés).

Beethoven fue un puente entre el Clasicismo y el Romanticismo. Los nombres de las obras musicales en el Romanticismo serán evocadores, poéticos, de ahí que encontremos nocturno, sueño de amor, claro de luna, suspiro, juego de olas, murmullo del bosque, impromptu... 
Pero estas dos sonatas pertenecen a la primera etapa compositiva: tampoco será él quien subtitule como Claro de luna a esta obra, sino un crítico, Heinrich Rellstab.









viernes, 19 de agosto de 2022

Ejercicios de riff con bajo virtual y tablatura. Ejercicios rítmicos para batería. EXAMEN

Ejercicio 1

Vamos a trabajar sobre esta partitura tocando el riff del bajo de la sección A de la canción.

Para tocar el riff usaremos esta página: bajo virtual.

Ejercicio 2

Tocaremos también el ritmo de la batería sobre el arreglo proporcionado. 

Para tocar la parte de la batería practicaremos en la página siguiente.

Verás que puedes hacer sonar cada uno de los instrumentos desplazándote con el cursor, pero es más fácil si lo haces con el teclado: 

Ejercicio 3

En la partitura siguiente continuaremos trabajando sobre líneas de bajos. Escoge el fragmento que más te guste y aprende el riff del bajo.

Ejercicio 4

Este ejercicio tiene dos partes, ambos relacionados con la parte rítmica: en primer lugar, en la sección D debes colocar las palmas que se escuchan.

En segundo lugar, deberás inventar un ritmo distinto a los propuestos en la partitura.

Si no puedes transcribirlo, tócalo sobre la música y grábalo, o haz una captura de pantalla una vez que lo tengas bien seguro.

Link a la partitura. 


Ejercicio 5

Continuaremos practicando los siguientes riffs de bajos propuestos.




Ejercicio 6

Ahora ejercitaremos el oído melódico. 
En este ejercicio deberás sacar de oído las notas del comienzo de la melodía que toca el saxo. Para eso, en esta página encontrarás un teclado con el timbre del saxofón.
La melodía corresponde al comienzo de la canción de George Michael Careless whisper.
Te ayudo con las primeras notas: f, d, p, i.

Aquí tienes dos audios, uno con la melodía lenta para facilitarte el buscar las notas, y el otro ya a la velocidad real, en loop para que practiques con más comodidad.




 Ejercicio 7

Volviendo a la ejercitación rítmica, trabajaremos con introducciones de canciones pop.
A medida en que vayas reconociendo los timbres instrumentales, reprodúcelo con la batería virtual.

Canción 1, introducción: 


Canción 2: 






En el examen pasaremos a la pizarra para usar el ordenador de clase. 
Deberemos escoger la velocidad de reproducción de la pieza, y pasar a la página de la batería.
Responderemos alguna pregunta teórica referente a los instrumentos que conforman la batería (nombres, si son idiófonos o membranófonos, las teclas que precisamos pulsar para que suenen, cuáles requieren coordinación con los pies).
Sabremos hacer un redoble rematado con un plato y el rompimiento de batería con los toms y plato al final. recuerda mirar con atención cómo es el redoblante o caja -el snare drum- y qué pieza produce el zumbido ese tan particular.
Yendo a la partitura, veremos que el compás de 4 indica en su numerador que cada compás tiene 4 tiempos, siendo los fuertes los tiempos impares. En esos usaremos el bombo. Recuerda que debes accionar el pie derecho al tocar la B.
A la hora de tocar tendremos en cuenta que hay dos compases con metrónomo, pero que nuestra percusión comienza luego de las dos primeras notas del bajo.
Haremos un esquema de 4 tiempos (en clase escogimos bombo, tom, bombo, plato -B D B E- o bien bombo, tom, bombo hit hat cerrado -B D B N-.
En algún momento del final de la melodía haremos el rompimiento pasando del tom más agudo al grave (teclas de D a K) más plato, para volver de inmediato al B D B E. Cuando entre la guitarra te pediré que toques corcheas con el hit hat cerrado.
Cuando acabe la parte melódica pasaremos a las palmas. Es un esquema de dos compases: (nada) X (nada) X (nada) X (nada) XX. Te pediré que pases a hacer este ritmo en el teclado con el instrumento de tu elección.
Luego, probaremos lo más complicado:
hacer el hit hat cerrado al doble de ritmo mientras tocamos la base B D B E (o, simplificando, B D B D)
Quedaría así:


Lo último será tocar la línea del bajo de memoria:

N V  Z  Z  Z        Z Z Z    V Z N     la sol mi  mi  mi        mi mi mi  sol mi la
N V  Z  Z  Z        Z Z Z    V Z N     la sol mi  mi  mi        mi mi mi  sol mi la
        Z  Z  Z        Z Z Z    V Z N               mi  mi  mi        mi mi mi  sol mi la
        Z  Z  Z        Z Z Z    V Z N               mi  mi  mi        mi mi mi  sol mi la


Para la calificación de este ejercicio nos valdremos de los siguientes parámetros:




lunes, 15 de agosto de 2022

«Contemplad, desdichados; saciaos de este bello espectáculo». (Página en construcción)

Más de una vez en clase, al hablar de la guerra de la independencia española recurrimos a los grabados llamados «Los desastres de la guerra», de Goya.

Y más de una vez nos sentimos incómodos ante nuestra curiosidad generada por el horror de las imágenes, que nos atraen y repulsan a la vez. Si es que, ¡somos humanos! Y ese mismo desconcierto ya lo retrató en el siglo IV a. C. Platón:

' -Así lo creo  afirmé yo, después de haber oído contar que Leontios, hijo de Aglaión, subiendo desde el Pireo y siguiendo la parte exterior de la muralla septentrional, al darse cuenta de que había cadáveres extendidos en el lugar de los suplicios, sintió el deseo de mirarlos y al mismo tiempo un movimiento de repugnancia que lo disuadía.
Durante unos 
instantes luchó consigo mismo y se cubrió el rostro; pero al fin, vencido por el deseo y habiendo abierto los ojos y después de haber corrido hacia los cadáveres, dijo: «Contemplad, desdichados; saciaos de este bello espectáculo».'

 Platón, La república.

De todas formas, no fue Goya el primero en erigirse en cronista de las morbosas escenas de un conflicto armado. Tenemos un antecedente en «Les misères et les malheurs de la guerre», Jacques Callot, de 1633. 

Él nos mostrará unas espantosamente magnéticas escenas de la Guerra de los treinta años. Son 18 grabados, en los que Jacques añadía una leyenda al pie.

En este que incluyo, el castigo a ladrones.

A la fin ces voleurs infames et perdus, /Comme fruits malheureux a cet arbre pendus,/Monstrent bien que le crime (horrible et noire engeance)/Est luy mesme instrument de honte et de vengeance, /Et que cest le Destin des hommes vicieux.

Y luego el alemán Hans Ulrich Franck, en 1643, hará grabados muy similares.


Don Francisco de Goya y Lucientes inspiraría al músico romántico Enrique Granados, el eximio compositor nacionalista. 
Enrique compondrá una suite, «Goyescas», y luego hará con esos números una ópera.

Veámosla en versión concierto: 


Y el intermedio:



Y, para terminar, la suite.

Primer número: «Los requiebros»



Segundo número, «
Coloquio en la reja».



Tercer número, «El fandango del candil». 



Cuarto número, «Quejas, o la maja y el ruiseñor». 


Quinto número, «El amor y la muerte».


Último número, «Serenata del espectro».









https://m.facebook.com/cineenlastrincheras/videos/cuando-el-viento-sopla-when-the-wind-blows-1986/2563831487246115/


https://www.pelis24.se/pelicula/jaccuse/



sábado, 6 de agosto de 2022

Peer Gynt, de Edvard Grieg y Henrik Ibsen

Vamos a incursionar algo más profundamente en una obra que siempre visita nuestras clases, pero de la que solemos escuchar solo algunos números: Peer Gynt, de Henrik Ibsen.
Ibsen es uno de los dramaturgos más señalados de Noruega, y vivió en el siglo XIX. 
La literatura nórdica (y su cine, quizá desde Dogma 95) suele ser impía, crítica, profunda, con tintes casi místicos y unos retratos de la realidad pasmosos. 
Peer Gynt tiene algo de esto también.

La historia de Ibsen, que musicalizará un coetáneo y paisano suyo, Edvard Grieg, duraba muchas horas y lo más probable es que alcanzara el éxito gracias a la pluma del músico. En principio la música acompañaba la obra teatral (lo que se llama música incidental) pero con el tiempo, como pasa muchas veces, se independizó.

Ahora, te cuento la historia.

Los tres primeros actos cuentan lo siguiente:
Peer es un veinteañero vago, algo borrachín, enamoradizo y con una mamá un tanto peculiar. 
Aase, la señora, se la pasa rezongando y echándole en cara su falta de colaboración y su frondosa fantasía.
Peer es un soñador, y en sus devaneos ve su futuro triunfante y poderoso, cuando su presente es mísero.
Peer asiste a la boda de Ingrid con Mats, y al llegar se encuentra con que Ingrid está enamorado de él y rechaza a Mats. El desesperado novio le pide a este bribón ayuda y el muy simpático (que, además, había dado buena cuenta de los vinos de la fiesta y estaba bastante achispado) se escapa con Ingrid.
En el interín ha conquistado el corazón de Solveig y a él le ha llamado la atención su candidez, pero eso no le impide seguir adelante con sus planes de seducción. 
Pasa la noche con Ingrid y luego por la mañana la desdeña, comparándola con Solveig.
Conocerá luego a la hija del rey de la montaña, y comenzará otro cortejo. 
Le entusiasma la idea de, finalmente, heredar un reino.
Pero toda la familia política que está a punto de adoptar es rarísima. Son troles (trolls), duendes, goblins... y están decididos a hacerlo uno de los suyos, despojarlo de su humanidad, aunque para eso se requiera quitarle los ojos o ponerle un rabo. Además se enteran de que la princesa trol tendrá un hijo suyo. Le dicen que su lema debe ser bástate a ti mismo. Peer decide que quiere ser él mismo por sobre todas las cosas y logra escapar del apuro. 
En su periplo da con una voz en la oscuridad que le hace preguntas crípticas y da respuestas del mismo sesgo, con lo cual la conversación es un tanto onírica, o etílica, o ambas cosas.
Luego dará con Helga, la hermana de Solveig, y le pide que le suplique que no se olvide de él.
El muchachito construye una cabaña en el bosque y, para su asombro y felicidad, aparece por esos lares Solveig. 
Peer está emocionado y absorto contemplando la belleza de la muchacha, que le profesa el más puro amor.
En esas están cuando aparece una mujer con un chiquito feo. Peer no la reconoce pero ella se identifica como la princesa trol y le dice que el nenito es su hijo, que debe ocuparse de alimentarlo, que vive al lado y que no lo dejará en paz.
Cuando la mujer se va, queda hundido en el más absoluto desánimo. Solveig lo reclama desde la casa y él se excusa diciendo que se va a buscar leña.
Peer va a casa de su mamá, a quien han embargado los muebles, y que está en cama. Se alegra mucho de volver a ver a su hijo, y recuerdan tiempos felices de la lejana infancia, y ella le confiesa su miedo ante la muerte inminente. Peer despliega su imaginación para alejar la gélida realidad, y con palabras la transporta a una fiesta en un corcel, una fiesta en que el portero es San Pedro, que le permite la entrada. 
Es una escena conmovedora, en que el muchacho brinda confort y cariño en los últimos momentos de vida a su madre con el único recurso que posee: contando historias y aferrándose a la balsámica fantasía.
Aase muere y Peer se va a Marruecos.
En el cuarto acto lo encontramos ya cincuentón y rico gracias a traficar con esclavos y comerciar con China, y tras haber visitado variados rincones del planeta. Sueña con ser emperador del mundo, pero durante su estancia en el desierto africano es tomado por un profeta. 
Siguiendo sus usos y costumbres, se encapricha con Anitra (una bailarina, ¿eh? No un pato, no). Una de las primeras cosas que ella hace es hacer que le obsequie una esmeralda. Luego se escapan y en medio del desierto ella logra que Peer le ceda todas sus piedras preciosas. Una vez despojado de sus riquezas, lo abandona.
Lejos de desesperarse por la situación, se alegra por la libertad que le concede el no poseer nada. Llega a Egipto, donde contemplará y escuchará, como Adriano, la estatua cantarina y luego la esfinge de Guiza. (Curiosamente habla de intentar localizar Troya, cosa que estaba a punto de suceder gracias a Schliemann).
Allí lo tomarán por emperador y lo llevarán a un manicomio de El Cairo, donde debe aconsejar a los sabios locos, y en el que se suceden escenas escabrosas.
El último acto encuentra a Peer regresando a Noruega.
El barco atraviesa aguas procelosas y uno de los pasajeros le propone que, en caso de que se ahogue, le ceda su cadáver para estudiarlo. El barco zozobra pero Peer logra llegar salvo a tierra.
En su pueblo se cuentan historias sobre Peer Gynt pero la gente no lo reconoce y lo dan por muerto, ahorcado en tierras extrañas.
En el bosque se topa con la casita en que Solveig aún lo espera y piensa que ese era su reino, que mientras recorría el mundo buscándolo, allí lo había tenido siempre.
Lo atormentan pensamientos de caminos no transitados, de elecciones mal hechas, de que pudo haberse equivocado. En eso pasa la muerte personificada como un fundidor, y lo emplaza para el día siguiente.
Una de esas prórrogas tan socorridas que ya encontramos en tantas obras, ¿verdad?
Se encuentra con el rey de las montañas (el viejo Dovre) a quien pide atestigüe ante el fundidor que se mantuvo fiel a su principio de ser él mismo, y el rey le hace ver que no ha sido así sino que ha seguido la doctrina de bastarse a sí mismo, de ser un egoísta. Que finalmente se había convertido en  duende a su pesar.
Se topará Peer con el diablo, flaco y con pezuñas en las patas, y le pedirá ciertas prebendas pero fracasa y el demonio lo destinará a las calderas por haber sido un tibio.
Como en el cuento de Cocteau, al enterarse de que el flaco está buscándolo a él, a Peer, intenta confundirlo para ganar algo de tiempo y postergar lo inevitable, y le dice que sabe que Peer Gynt está en el Cabo dispuesto a embarcarse.
(Lo de pedir más tiempo cuando la hora ha llegado es algo muy humano, que vimos ya en poemas -el Romance del enamorado y la muerte, y en películas El séptimo sello, de Ingmar Bergman-. Creo que es un llamado de atención, una invitación al carpe diem tan mentado y tan poco practicado, a tomar conciencia de nuestra finitud).
Finalmente Peer vuelve a casa de Solveig y muere en sus brazos cuando el fundidor -la muerte- aparece.