(Antes de empezar: algún voluntario que quiera leer lo que sigue en voz alta, por favor...)
Aprovecharemos esta clase para tomar contacto con un género que se sirve no solo de la música sino también del baile, de la danza. Y no siempre se bailó de puntas: fue Marie Taglioni quien hizo más cómodo bailar así gracias a una modificación sustancial de las zapatillas de ballet. Hizo reforzar los laterales de las zapatillas y ponerles algodón en la punta (por cierto, verán que no se usa siempre esa técnica: solamente en ciertos tramos del ballet, o algunos personajes. Estén atentos a los pies del doctor Coppélius).
Marie Taglioni en 1850 |
Aunque el baile y la música nacieron con el hombre mismo, el ballet tomó forma en épocas de Luis XIV, El Rey Sol, en Francia, y consiste en representar mediante la danza -con música y sin palabras- una historia. Y con algo de mímica también.
Así, pues, muchas veces para entender la trama hay que conocerla previamente.
Por eso, vamos a ver primero la obra en versión de marionetas y con una narradora; luego ya veremos fragmentos de la misma pieza en representación teatral.
Don Léo Delibes se llamó el compositor que le puso en 1870 música a un cuento de E.T.A. Hoffmann, (se llamaba Ernst Theodore Amadeus Hoffmann). Napoleón III asistió al estreno en la Ópera de París.
Como curiosidad, pocos meses después de estrenada la obra se desató una guerra entre Francia y Prusia (la guerra franco-prusiana), que ganaría Prusia y que sería el puntapié inicial para el nacimiento de Alemania.
París fue sitiada por los prusianos y el teatro, cerrado. La bailarina que hacía el papel de Swanilda, de 16 años, quedó en la calle, debiendo mendigar para llevarse algo a la boca. Enfermó de viruela y murió el mismo día de su decimoséptimo cumpleaños. Triste.
Veamos, pues, el cuento con muñequitos.
(Activen los subtítulos, por favor).
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