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martes, 15 de febrero de 2022

Dos aspectos de la organología barroca

 En el Barroco los aerófonos no tuvieron una evolución reseñable, como sí sucediera con los cordófonos frotados.

La pequeña orquesta barroca se apoyaba principalmente en las cuerdas, que habían alcanzado, por mor de los luthiers de Cremona, una calidad inigualable.

Esta pequeña ciudad italiana fue cuna de tres familias de constructores de instrumentos cuya calidad aún hoy es un insuperable. De hecho, se desconocen los motivos del exquisito sonido de estos ejemplares, muchos de ellos perdidos o robados.



Cada tanto aparecen noticias en las que se afirma haberse encontrado el secreto de la calidad sonora de estas joyas, pero que resultan de corta vida.

Lee este artículo al respecto.

Así como la sección de cuerdas tuvo este devenir reseñable, los aerófonos apenas mejoraron en su factura.

Veamos aquí la evolución de la chirimía renacentista en el oboe:

        Verás que la chirimía tenía un cuerpo ligeramente cilíndrico, orificios que se obturaban como lo hacemos en la flauta de pico y, por supuesto, las dos lengüetas que vibran dentro de la cápsula de aire que es nuestra cavidad bucal.

                                                                                                                    El oboe barroco, en cambio, tenía un cuerpo más trabajado, más torneada la madera.                                                                                                                               Oboe barroco

Los aerófonos de metal tampoco tenían pistones.

Veamos la trompeta actual y la barroca:




  
     

                                      








  
     

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