El ejercicio consistirá en leer las características de las corrientes, mirar los videos de la entrada de obras del siglo XX, escoger cinco de ellas y situar cada una de las obras con la corriente a la que pertenece, justificando la razón de tu adscripción.
Ilustraré cada corriente con una obra no incluida en la página citada, pero para dar una referencia concreta de cada estilo descripto.
1.- Impresionismo:
Surgido en Francia a fines del siglo XIX, relacionado con el simbolismo, buscaba el efecto expresivo de los sonidos con toda la gama posible de matices ofrecidas por los instrumentos.
Las melodías no se estructuraban, sino que adquirían vuelo y dimensiones propias, los acordes no resolvían como en las progresiones armónicas se espera, no acataban la funcionalidad de las progresiones, creando sensaciones de ligera incertidumbre, de ingravidez, de lo etéreo, de lo onírico. Se escapa de la idea tensión-reposo, se usaban las escalas pentatónicas, octatónicas o de tonos enteros y los modos sin nota sensible. Se crea música de efectos, jugando, así como lo hacían los pintores con la luz, con la riqueza cromática de los distintos timbres.
2.- Primitivismo:
Esta corriente abrevó en la idea de Freud de que lo primitivo, incluyendo el arte de los pueblos menos avanzados en aspectos como las ciencias y la tecnología, tendía un puente con la humanidad de los primeros estadíos.
Los artistas se interesan y remiten al arte de África, América y la Polinesia, encontrando en su esencia material en el que basarse.
Así como el gamelán de Java pasa a ser un instrumento referido asiduamente y aludido en sonoridades que lo rememoraban, el ritmo pasará a ser un elemento esencial en la estructuración de la obra en sí misma. Un ritmo repetitivo que buscará conectar con el inconsciente más puro e innato.
Se valorará lo naïf, lo que suene a inmaculado y por eso inmarcesible, pero también se recurrirá a evocaciones africanas aportadas a través del tamiz del jazz.
Las obras se construirán a partir de elementos básicos que trasladarán al oyente a un mundo exótico, lejano en tiempo y espacio de su realidad.
3.- Futurismo:
En 1913, poco antes de la Gran Guerra, un grupo de italianos sostuvo que podía recabarse mayor fruición exponiéndose a los ruidos de los tranvías, los motores, los automóviles y las hordas de gente que de volver a oír la Heroica o la Pastoral (refiriéndose a Beethoven, naturalmente). Propugnaban la idea de que la tecnología, que protagonizaba su despertar furioso y comenzaba a ser ubicua, ayudaría a rehacer el lenguaje musical. Los ruidos del entorno cotidiano debían ser el material primario en la composición musical, y al estar aún en pañales los métodos de manipulación y grabación sonora, no dudaron en construir sus propios instrumentos hacedores de ruidos.
Los compositores de esta corriente, terminada la guerra, se adscribirían sin vacilaciones al fascismo.
4.- Dadaísmo:
No es fácil imaginarnos el quiebre que resultó de la toma de conciencia de los estragos que la Gran Guerra estaba haciendo a Europa no solo como grupo de naciones sino como paladín y paradigma de la civilización.
Una cultura que basaba su prevalencia sobre los pilares sólidos que le aportaban siglos de filosofía, de arte exquisito, de avances tecnológicos y mecánicos espectaculares difícilmente podía aceptar que el resultado de esa riqueza intelectual hubiera rezumado el hedor putrefacto de la muerte en infectas trincheras de la juventud más sana y prometedora que poseía.
Si de ese alambique cultural se obtenía hiel tan amarga, esa sociedad no merecía ningún tipo de arte, que finalmente no es más que el reflejo de la interioridad y el mundo más íntimo y privado y sublime de un pueblo.
El dadaísmo, pues, propondrá lo que puede verse casi como la sinrazón, el despropósito, la carencia de sentido, la ausencia de palabras.
Porque la razón había fallado, porque el sentido había estado ausente, porque la palabra sobraba.
Volvamos, pues, a empezar, se decían. Rompamos los moldes que nos han llevado a esta destrucción, a este Ragnarök. Comencemos de cero, volvamos a nacer. Ya que hemos muerto, volvamos a nacer y elijamos otro camino.
Hoy no sepamos, no querramos decir nada.
Como un niño, empecemos a aprenderlo todo nuevamente y de modo distinto.
Digamos da-da.
5.- Música atonal y dodecafónica:
Luego de la Gran Guerra se buscó un nuevo mundo sonoro musical. Se inclinaron los compositores a los sistemas controlados y codificados, que rehuyeran de la empalagosa hiperexpresividad emocional tan desgastante y desgastada.
La política cultural abogaba por la búsqueda del orden, y los músicos intentan crear nuevos fundamentos teóricos y técnicos.
Ya desde fines del siglo XIX los aportes armónicos de Wagner, Mahler y otros artistas de la vanguardia habían ido alejándose de la tonalidad (que implica un centro tonal y las relaciones armónicas generadas al basarse en las escalas mayores y menores todo el universo sonoro) al incorporar notas disonantes con fines tímbricos casi pictóricos, que dotaban a cada acorde de matices mayores y reflejos inesperados.
El atonalismo juntamente con la técnica del sprechgesang, serán los lenguajes idóneos en la paleta del compositor. Echa un vistazo a este enlace para escuchar algunos de los nuevos aportes.
Relacionado con el expresionismo, -y evolucionando desde el camino de la atonalidad emprendido por los compositores de la Segunda Escuela de Viena- se comprondrá en 1923 la primera obra enteramente dodecafónica.
Las piezas estaban basadas en series que presentaban las doce notas con un orden fijo, que permitía tres transformaciones: la retrogradación, la inversión y la inversión retrógrada.
6.- Neoclasicismo:
Se recupera la música del Barroco como paradigma, se recurre a la pianola, que ayuda a eliminar lo subjetivo que lleva implícito la interpretación. Es una nueva simplicidad dentro de un nuevo espíritu que se opone al sentimentalismo romántico. Los elementos convencionales armónicos o formales se distorsionan, creando un estilo más novedoso con alusiones históricas. Coincide con el constructivismo ruso, o el suprematismo, corrientes en las que predominan las formas geométricas. Se reivindican los compositores barrocos, la sencillez de lo clásico, y más tarde se rebelará contra el impresionismo y la atonalidad proponiendo texturas claras, formas clásicas -como el tema con variaciones- y también préstamos del jazz, del que se valorará, entre otras cosas, el uso del tempo constante y sin rubatos.
Luego de la Gran Guerra se buscó un nuevo mundo sonoro musical. Se inclinaron los compositores a los sistemas controlados y codificados, que rehuyeran de la empalagosa hiperexpresividad emocional tan desgastante y desgastada.
La política cultural abogaba por la búsqueda del orden, y los músicos intentan crear nuevos fundamentos teóricos y técnicos.
Ya desde fines del siglo XIX los aportes armónicos de Wagner, Mahler y otros artistas de la vanguardia habían ido alejándose de la tonalidad (que implica un centro tonal y las relaciones armónicas generadas al basarse en las escalas mayores y menores todo el universo sonoro) al incorporar notas disonantes con fines tímbricos casi pictóricos, que dotaban a cada acorde de matices mayores y reflejos inesperados.
El atonalismo juntamente con la técnica del sprechgesang, serán los lenguajes idóneos en la paleta del compositor. Echa un vistazo a este enlace para escuchar algunos de los nuevos aportes.
Relacionado con el expresionismo, -y evolucionando desde el camino de la atonalidad emprendido por los compositores de la Segunda Escuela de Viena- se comprondrá en 1923 la primera obra enteramente dodecafónica.
Las piezas estaban basadas en series que presentaban las doce notas con un orden fijo, que permitía tres transformaciones: la retrogradación, la inversión y la inversión retrógrada.
6.- Neoclasicismo:
Se recupera la música del Barroco como paradigma, se recurre a la pianola, que ayuda a eliminar lo subjetivo que lleva implícito la interpretación. Es una nueva simplicidad dentro de un nuevo espíritu que se opone al sentimentalismo romántico. Los elementos convencionales armónicos o formales se distorsionan, creando un estilo más novedoso con alusiones históricas. Coincide con el constructivismo ruso, o el suprematismo, corrientes en las que predominan las formas geométricas. Se reivindican los compositores barrocos, la sencillez de lo clásico, y más tarde se rebelará contra el impresionismo y la atonalidad proponiendo texturas claras, formas clásicas -como el tema con variaciones- y también préstamos del jazz, del que se valorará, entre otras cosas, el uso del tempo constante y sin rubatos.
Escucharemos una obra de Thomas Tallis, del Renacimiento, la cual servirá de material temático para el compositor del siglo XX Vaughan Williams.
Veremos ahora autores españoles. Busca algún dato biográfico y haz un breve semblante de la vida de cada compositor:
JOAQUÍN TURINA
JOAQUÍN RODRIGO
MANUEL DE FALLA
7.- Música concreta:
Corriente nacida en Francia en 1948, que se basa en la grabación y manipulación física de sonidos grabados en cintas magnetofónicas, dando como resultado una suerte de collages sonoros.
Piensa que hasta ese entonces había habido una clara distinción entre el ruido y el sonido, entrando el primero en las salas de conciertos en contadas ocasiones. Una de ellas era como efecto de sonido en las óperas, o dentro de los experimentos futuristas.
Los músicos trabajaban en laboratorios en los que cortaban con tijera u hojita de afeitar trozos de cinta que luego unían con celo. Podían poner la cinta al revés, o hacer loops, o modificar la velocidad. Se la llamó concreta por usar como material sonoro cualquier sonido independientemente de si su fuente era un instrumento musical o un ruido producido por máquinas o producto de una mesa de laboratorio.
Una de las obras tiene este esquema en sus primeros momentos:
Hasta el segundo 4: silbido, chirrido, bocinazo; hasta el 16: resoplido con crescendo y adición paulatina de chirrido metálico; hasta el 22 ruido de ruedas sobre raíles; hasta el 34 ruido rítmico de tren sobre las vías.
¿Has sido capaz de reconocerla?
8.- Música electrónica:
Al finalizar la segunda guerra, como un Jano bifronte, frente al panorama del holocausto amplio encontramos avances significativos a nivel tecnológico.
El tener que enviar mensajes en códigos había dado un impulso brutal al mundo de las computadoras y las comunicaciones. El llevar más fácilmente la guerra desde los parlamentos a cada casa y evitar tener que ir a buscar la matanza a las líneas del frente hizo que la aviación también sufriera mejoras significativas.
Luego, este nuevo panorama hizo que la nueva guerra, la carrera armamentística, nuclear y espacial se desatara y atrajera los recursos.
Los compositores comprendieron que una nueva era había llegado. El hecho musical era ya omnipresente. Cada casa tenía su radio y su televisor. Los reproductores mejoran y salen al mercado los discos y las cintas magnetofónicas. El arte se vale de los nuevos artilugios. El sonido se compondrá directamente en una sala de un estudio de grabación, pero podía ejecutarse al mismo tiempo que otras partes eran tocadas por músicos con instrumentos acústicos en escena.
Estos avances, por supuesto, cruzarán fronteras y serán usados, entre otros, por los Beatles.
Los avances en este campo son incesantes. Los sintetizadores crearán el sonido desde cero. Los primeros, de 1945 eran enormes, complejísimos y muy caros.
Darán también la posibilidad de la interacción con los músicos actuando en vivo, modificando y aportando al material grabado. Manipularán sonidos efectuados por instrumentos acústicos en tiempo real y agregarán efectos de reverberación. A partir de 1982 los sintetizadores grabarán los sonidos y los manipularán, haciendo difusas las fronteras entre la música concreta y la electrónica. Además, se abaratarán, haciéndose acequibles a todo el mundo y permitiendo ser conectados a los ordenadores personales.
Aparecerá el MIDI, permitiendo interactuar a sintetizadores, computadoras y teclados y universalizando este recurso compositivo e interpretativo.
9.- Minimalismo:
Esta corriente comienza en los 60 en Estados Unidos. Habrás escuchado hablar del minimalismo en otras esferas: vida minimalista, por ejemplo, sugiere el estilo de vida de aquellos que eligen rodearse en su cotidianeidad de la menor cantidad de objetos, de solo los imprescindibles. Su origen probablemente tenga relación con la vida más ascética de los orientales, que consideran que los objetos requieren tiempo y cuidado de nuestra parte y que cuanto más tengamos más dependeremos de ellos y nos demandarán tiempo y esfuerzo.
En música tiene una relación evidente con los mantras, oraciones con entonación de variaciones nulas o mínimas que procuran conducirnos al estado alfa, a una ensoñación conciente en la vigilia y a estados alterados.
Podemos remitirnos a los derviches giróvagos, o a los mantras hindúes, o a los cuencos tibetanos.
También podemos relacionar este estilo con la música trance popular.
Desde luego nos remite a nuevas formas de espiritualidad y a estados de conciencia alterados químicamente.
Con mínimos elementos repetidos y ligeramente aliñados con variaciones sutiles y graduales se hace la pieza musical.
La obra, sin embargo, debe ser planeada tanto en sus detalles como en su forma general, y las variaciones deben ser percibidas por el oyente, que no dejará decaer su atención a la espera de decodificar y distinguir estas vaporosas modificaciones.
Una vez que la obra comienza, el compositor ya se desentiende de ella y la deja volar, no interfiriendo en su desarrollo.
Los elementos pueden ser tanto mecánicos como electrónicos (se usan bucles de cintas magnetofónicas) o de instrumentos acústicos, o de voces, o de objetos cotidianos. Muchas veces el azar o lo que dure la cuerda o un balanceo determinarán la longitud de la pieza.
Se asocia el minimalismo también con el ready made art, ya que añade a la repetición la presentación de un objeto o material sonoro conocido pero con una elaboración novedosa en la que un aparente estatismo se mueve bajo las aguas atrayendo nuestra atención hacia los leves cambios de posición con un efecto hipnótico.
Corriente nacida en Francia en 1948, que se basa en la grabación y manipulación física de sonidos grabados en cintas magnetofónicas, dando como resultado una suerte de collages sonoros.
Piensa que hasta ese entonces había habido una clara distinción entre el ruido y el sonido, entrando el primero en las salas de conciertos en contadas ocasiones. Una de ellas era como efecto de sonido en las óperas, o dentro de los experimentos futuristas.
Los músicos trabajaban en laboratorios en los que cortaban con tijera u hojita de afeitar trozos de cinta que luego unían con celo. Podían poner la cinta al revés, o hacer loops, o modificar la velocidad. Se la llamó concreta por usar como material sonoro cualquier sonido independientemente de si su fuente era un instrumento musical o un ruido producido por máquinas o producto de una mesa de laboratorio.
Una de las obras tiene este esquema en sus primeros momentos:
Hasta el segundo 4: silbido, chirrido, bocinazo; hasta el 16: resoplido con crescendo y adición paulatina de chirrido metálico; hasta el 22 ruido de ruedas sobre raíles; hasta el 34 ruido rítmico de tren sobre las vías.
¿Has sido capaz de reconocerla?
8.- Música electrónica:
Al finalizar la segunda guerra, como un Jano bifronte, frente al panorama del holocausto amplio encontramos avances significativos a nivel tecnológico.
El tener que enviar mensajes en códigos había dado un impulso brutal al mundo de las computadoras y las comunicaciones. El llevar más fácilmente la guerra desde los parlamentos a cada casa y evitar tener que ir a buscar la matanza a las líneas del frente hizo que la aviación también sufriera mejoras significativas.
Luego, este nuevo panorama hizo que la nueva guerra, la carrera armamentística, nuclear y espacial se desatara y atrajera los recursos.
Los compositores comprendieron que una nueva era había llegado. El hecho musical era ya omnipresente. Cada casa tenía su radio y su televisor. Los reproductores mejoran y salen al mercado los discos y las cintas magnetofónicas. El arte se vale de los nuevos artilugios. El sonido se compondrá directamente en una sala de un estudio de grabación, pero podía ejecutarse al mismo tiempo que otras partes eran tocadas por músicos con instrumentos acústicos en escena.
Estos avances, por supuesto, cruzarán fronteras y serán usados, entre otros, por los Beatles.
Los avances en este campo son incesantes. Los sintetizadores crearán el sonido desde cero. Los primeros, de 1945 eran enormes, complejísimos y muy caros.
Darán también la posibilidad de la interacción con los músicos actuando en vivo, modificando y aportando al material grabado. Manipularán sonidos efectuados por instrumentos acústicos en tiempo real y agregarán efectos de reverberación. A partir de 1982 los sintetizadores grabarán los sonidos y los manipularán, haciendo difusas las fronteras entre la música concreta y la electrónica. Además, se abaratarán, haciéndose acequibles a todo el mundo y permitiendo ser conectados a los ordenadores personales.
Aparecerá el MIDI, permitiendo interactuar a sintetizadores, computadoras y teclados y universalizando este recurso compositivo e interpretativo.
9.- Minimalismo:
Esta corriente comienza en los 60 en Estados Unidos. Habrás escuchado hablar del minimalismo en otras esferas: vida minimalista, por ejemplo, sugiere el estilo de vida de aquellos que eligen rodearse en su cotidianeidad de la menor cantidad de objetos, de solo los imprescindibles. Su origen probablemente tenga relación con la vida más ascética de los orientales, que consideran que los objetos requieren tiempo y cuidado de nuestra parte y que cuanto más tengamos más dependeremos de ellos y nos demandarán tiempo y esfuerzo.
En música tiene una relación evidente con los mantras, oraciones con entonación de variaciones nulas o mínimas que procuran conducirnos al estado alfa, a una ensoñación conciente en la vigilia y a estados alterados.
Podemos remitirnos a los derviches giróvagos, o a los mantras hindúes, o a los cuencos tibetanos.
También podemos relacionar este estilo con la música trance popular.
Desde luego nos remite a nuevas formas de espiritualidad y a estados de conciencia alterados químicamente.
Con mínimos elementos repetidos y ligeramente aliñados con variaciones sutiles y graduales se hace la pieza musical.
La obra, sin embargo, debe ser planeada tanto en sus detalles como en su forma general, y las variaciones deben ser percibidas por el oyente, que no dejará decaer su atención a la espera de decodificar y distinguir estas vaporosas modificaciones.
Una vez que la obra comienza, el compositor ya se desentiende de ella y la deja volar, no interfiriendo en su desarrollo.
Los elementos pueden ser tanto mecánicos como electrónicos (se usan bucles de cintas magnetofónicas) o de instrumentos acústicos, o de voces, o de objetos cotidianos. Muchas veces el azar o lo que dure la cuerda o un balanceo determinarán la longitud de la pieza.
Se asocia el minimalismo también con el ready made art, ya que añade a la repetición la presentación de un objeto o material sonoro conocido pero con una elaboración novedosa en la que un aparente estatismo se mueve bajo las aguas atrayendo nuestra atención hacia los leves cambios de posición con un efecto hipnótico.
10.- Música textural:
Esta denominación no es del todo independiente de otras. Piezas que podríamos clasificar como texturales comparten características, por ejemplo, del minimalismo, el serialismo, la música indeterminada o la africana.
En esta clase de obras no es la melodía o la armonía lo que establece la estructura de la pieza. Generalmente el elemento que más presente se hace y que más llama nuestra atención es la textura -de allí la denominación- o el ritmo.
Es una corriente que comenzó en los 60, y tiene puntos de contacto con los happenings, teniendo un ingrediente de deliberada provocación hacia el público.
Es una música estática, de micropolifonías, de pequeños, graduales y a veces imperceptibles cambios y creación de atmósferas.
11.- Música indeterminada:
La experimentación llevó la música hasta límites en que el control del resultado sonoro era mínimo.
Entre los elementos que se incorporarán al lenguaje musical estarán los agregados a los instrumentos acústicos (pensemos en los pianos preparados), el producir el sonido en ellos de maneras poco ortodoxas (como punteando un instrumento esencialmente percusivo), incorporando efectos que ya de por sí proveen un porcentaje de azar nada despreciable, como los clusters; el deformar el sonido mediante la exploración de los límites de los efectos de toque; la aparición de instrumentos no convencionales electrónicos.
Recurrir al azar no es algo absolutamente del siglo XX: ya Mozart, por ejemplo, dejaba un margen para el albur. Recordemos el Vals de los dados, en el que tirando dos dados y sumando las cifras se escogía cada uno de los compases de una partitura que conformarían la pieza.
Lo lúdico combinado con lo casual, y la multiplicidad de posibilidades estará también presente en las obras en las que parte importante de ellas serán los ruidos producidos por el público, o aquellos filtrados desde el exterior.
La pieza que escucharás a continuación fue compuesta colocando una lámina de calco sobre un pentagrama en blanco, en el que se escribirían las notas en el sitio en que las pequeñas imperfecciones del papel transparente determinaran.
Más muestras del azar en las obras como acontece en esta de John Zorn de 1990 en la que la partitura es solo una guía que especifica los valores métricos y señala en qué estilo debe tocarse cada fragmento, que deja librado a la voluntad del intérprete.
Durante mi escolaridad,tuve una mala formación en las materias artísticas.
ResponderEliminarPor esto, me gusta seguir esta página para compensar mis falencias.
El blog es muy didáctico y comprensible