Hace exactamente un siglo que Alban Berg componía esta ópera que estamos terminando de ver en clase.
Berg fue alumno de Arnold Schönberg, la cabeza del grupo de la Segunda Escuela de Viena.
Los expresionistas austriacos fueron testigos de la formación de la República de Austria luego de la debacle de la primera guerra, de la caída de las águilas, como dio en llamarse.
El expresionismo está reflejado con toda crudeza en la pintura en obras de Münch, o Kirchner, o Grosz, u Otto Dix, quien padeció la guerra en toda su crudeza, como soldado de trincheras.
Para comprender mejor esta expresión artística, mira este resumen de las condiciones que soportaron durante 4 años estos jóvenes:
Wozzeck está basada en una obra de teatro que quedó inacabada e informe, llamada Woyzeck, del siglo XIX, y cuyo autor fue Ernst Büchner, quien muriera a los 23 años.
Es Wozzeck una obra dura, inmisericorde, que no da respiro.
No busca que el espectador se deleite ante bonitas melodías sino que busca reflejar el nuevo paradigma del panorama del violento siglo XX, en que la Europa de los grandes filósofos, de los sensibles artistas, la cuna de la civilización, la que se había erigido en referente ante el orbe todo se transforma, -fusil, granada y gas mostaza en mano-, en una máquina antropófaga.
Los compositores entonces dejarán de lado el sistema tonal que había ido tomando forma a través de los siglos tan trabajosamente y se inclinarán hacia el uso de las 12 notas sin un centro tonal (ya las escalas no podrán ser de do, de re, o de mi..., porque dejarán de tener una estructura basada en la escala, en el orden a partir de la tónica y a partir de ella todas las demás relaciones -de dominante, subdominante y demás-, y por lo tanto esos órdenes jerárquicos quedarán obsoletos). A este sistema se le llamará dodecafónico, por usar las 12 notas con el mismo peso gravitatorio, emparentado con el atonalismo (cliquea en las palabras y pon subtítulos en español si lo consideras necesario), llamado así por no tener un centro tonal de guía y que sirva de orden.
La técnica de canto será el sprechgesang, que está a medio camino entre el canto y la declamación, y que es propicio para el clima que los compositores buscan pintar. Literalmente es hablar (sprech) cantando (gesang).
Los personajes principales son Franz Wozzeck y su mujer, María, con la que no está casado y con quien tiene un hijo. Son pobres. Todo es sórdido y árido en esta obra, hasta el lenguaje.
Los cuadros son estos:
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