Varias veces hemos hablado de lo clásico y lo romántico en las artes.
Lo clásico responde a las etapas en las que impera el equilibrio, la proporción, la mesura.
Son etapas en las que se generan estructuras porque hay una obsesión formal. Importa más el continente que el contenido.
Suelen ser más objetivas que subjetivas, más racionales que emocionales.
Estos periodos suelen alternarse, como un péndulo: a un periodo clásico sucederá uno romántico.
Tomando el Renacimiento como ejemplo de lo clásico, podemos ver la figura geométrica que mejor representa la estabilidad: el triángulo, en la composición formal de estas pinturas.
Notaremos también el críptico hieratismo de sus rostros, los cánones y proporciones griegas, la belleza idealizada. La luz parece ser ubicua, y no genera sombras.
En los periodos románticos se subraya lo emocional y lo pasional, son etapas en las que prima el contenido por sobre el continente, en que los contornos se tornan difusos y las formas se exigen hasta el máximo.
La figura geométrica que mejor grafica estos periodos es el círculo, o mejor aún, la línea curva.
Encontramos movimientos circulares en las torsiones de las figuras de los cuerpos, aparecen las arrugas en las pieles, los claros y las sombras, la crispación en los rostros.
Los personajes mitológicos tienen menos presencia y aquellos seres cotidianos o de los bajos fondos se hacen visibles vistiendo sus ropas ajadas, en las que parece podemos percibir los olores de los guisos. Sus manos sucias y laboriosas y las marcas de los años surcando los expresivos ojos sitúan al retratado en el plano terrenal.
Los artistas románticos retratarán el espíritu atormentado y genial, implorando a las musas por un ápice de inspiración desde el dolor del hecho creativo y la tortuosa voluptuosidad del genio. Ya desde el Barroco el cuadro asemeja una escena teatral, con puntos de luz definidos que crean dramáticos contrastes de claros y oscuros.
Vídeo resumen:
Ejercicio 1: haz un resumen con tus propias palabras del texto leído hasta el momento y luego comenta si has experimentado en tus propias vivencias periodos clásicos y románticos, explicando en cuál crees estar ahora y por qué.
En cuanto a la orquesta, si en el Barroco se formó como tal y delineó en grandes rasgos, con la sección de cuerda como fortaleza (recordemos la magnificencia de los cordófonos de arco en la época de los insuperables luthiers de Cremona: Stradivari, Amati y Guarneri), y en el Clasicismo se perfeccionaron los aerófonos gracias a Theobald Böhm con la inclusión de llaves y platos, en este periodo la sección que adquirirá mayores proporciones y sumará nuevos elementos será la percusión.
A los solitarios timbales se unirán campanas, instrumentos de placa, gongs, platillos, látigos...
Ejercicio 2: busca información sobre la sección de percusión en la orquesta romántica, con imágenes de los instrumentos nuevos y su clasificación (recuerda que los idiófonos hacen que vibre el propio cuerpo del instrumento, mientras que los membranófonos solo hacen vibrar una membrana).
Los compositores del Barroco y los del Romanticismo tendrán afinidades que podemos recordar en esta entrada.
De hecho, en la obra que te presento ahora vemos con claridad ambos periodos aunados: sobre el preludio de Johann Sebastian Bach -barroco- hará Charles Gounod -romántico- una melodía a la que pondrá como texto el Ave María (Dios te salve, María).
El siglo XIX verá nacer dos grandes países europeos: Italia y Alemania (el segundo Reich) en 1860 y 1871.
Es la época de los nacionalismos. Se valora el acervo popular, las canciones folklóricas. Lo que antes parecía paleto o campechano ahora se erige en lo auténtico y genuino. Los compositores intentarán dotar a las obras de tintes propios, de reminiscencias folklóricas.
Países que antes no habían hecho acto de presencia en el panorama musical irrumpen con sorprendente vitalidad.
Es el caso de Finlandia, con Jean Sibelius pintando en música su patria en el poema sinfónico del mismo nombre o describiendo en su Suite Lemminkäinen el Kalevala; de Checoslovaquia, con Bedřich Smetana describiendo el río Moldava, y Antonin Dvorák; de Rusia con el grupo de los cinco: Rimski Korsakov, Mussorgsky, Borodin; de Noruega con Edward Grieg.
Escuchemos, pues, una obra de cada uno de ellos.
Habrá también, cómo no, obras compuestas para el solaz de las clases altas. La familia Strauss se dedicó a hacer magníficos valses. Escuchemos dos de ellos.
En España tendremos extraordinarios compositores nacionalistas, mundialmente reconocidos.
De Enrique Granados heredamos entre otras perlas la Danza Española número 5, aquí en versión con acompañamiento de castañuelas.
De Isaac Albéniz y su Suite española escucharemos uno de los números, Asturias. Esta versión también con acompañamiento de castañuelas.
Contrapuesto a la vehemencia, a la intensidad fluctuante, a la profusión de rubatos, de accelerandos y ritardandos, a la exacerbación de las emociones y las tormentas anímicas que describen estas obras encontramos en el Romanticismo piezas intimistas.
El piano será el instrumento por excelencia en este tipo de obras en la que las más sutiles emociones son descriptas con sonidos, en que las notas parecen susurrarnos hondos arcanos y acariciarnos levemente.
Tenemos a un polaco genial y exquisito: Frédéric Chopin.
Sus obras mostrarán ya en sus denominaciones el espíritu etéreo y vaporoso: nocturnos, impromptus, fantasías.
Otro ejemplo de este tipo de piezas es el Sueño de amor, del húngaro Ferenç Liszt. Puedes tocar la versión fácil y abreviada con la flauta proporcionada en este enlace.
De Enrique Granados heredamos entre otras perlas la Danza Española número 5, aquí en versión con acompañamiento de castañuelas.
De Isaac Albéniz y su Suite española escucharemos uno de los números, Asturias. Esta versión también con acompañamiento de castañuelas.
Contrapuesto a la vehemencia, a la intensidad fluctuante, a la profusión de rubatos, de accelerandos y ritardandos, a la exacerbación de las emociones y las tormentas anímicas que describen estas obras encontramos en el Romanticismo piezas intimistas.
El piano será el instrumento por excelencia en este tipo de obras en la que las más sutiles emociones son descriptas con sonidos, en que las notas parecen susurrarnos hondos arcanos y acariciarnos levemente.
Tenemos a un polaco genial y exquisito: Frédéric Chopin.
Sus obras mostrarán ya en sus denominaciones el espíritu etéreo y vaporoso: nocturnos, impromptus, fantasías.
Otro ejemplo de este tipo de piezas es el Sueño de amor, del húngaro Ferenç Liszt. Puedes tocar la versión fácil y abreviada con la flauta proporcionada en este enlace.
Magnífico el austriaco Franz Schubert abriendo su alma en este Impromptu nº3:
Paralelamente a este fenómeno de íntimas confesiones en modo de notas hubo una ebullición de artistas (tanto intérpretes como compositores) que prefirieron obras en las que el virtuosismo y la habilidad técnica llevada hasta límites insospechados despertaran la admiración, la fruición y hasta el desvanecimiento de los oyentes.
Tenemos en Niccolò Paganini un acabado ejemplo de ello.
Este compositor y violinista recorrió el mundo, cobrando su peso en oro por sus excéntricas actuaciones.
Llegó a tocar en las más importantes cortes europeas. Aquí tienes unos minutos de su actuación ante el zar Alejandro I y Napoleón.
Podemos ver un extraordinario documental acerca de este singular personaje en este video.
Es tiempo también de grandes óperas.
Muchas, por supuesto, tendrán como temas leyendas de cada país. Otras mirarán hacia el folklore de países que les llamaban la atención por sus exóticas evocaciones.
Es el caso de la ópera de temática más española (o con más tópicos): Carmen, escrita por Georges Bizet, francés, y que encontrarás en el blog en este enlace (versión abreviada y cantada en inglés pero subtitulada al español).
Giuseppe Verdi también compondrá óperas memorables, La Traviata, Il trovatore, Rigoletto -cuya versión abreviada y en inglés pero con subtitulado español encontrarás en el blog en este enlace).
Basándose en la mitología germana, Richard Wagner compondrá su famosa tetralogía, entre la que se encuentra la ópera Las Valquirias, y de la cual es famosa su cabalgata. Escoge tu puesta favorita:
Tenemos en Niccolò Paganini un acabado ejemplo de ello.
Este compositor y violinista recorrió el mundo, cobrando su peso en oro por sus excéntricas actuaciones.
Llegó a tocar en las más importantes cortes europeas. Aquí tienes unos minutos de su actuación ante el zar Alejandro I y Napoleón.
Podemos ver un extraordinario documental acerca de este singular personaje en este video.
Muchas, por supuesto, tendrán como temas leyendas de cada país. Otras mirarán hacia el folklore de países que les llamaban la atención por sus exóticas evocaciones.
Es el caso de la ópera de temática más española (o con más tópicos): Carmen, escrita por Georges Bizet, francés, y que encontrarás en el blog en este enlace (versión abreviada y cantada en inglés pero subtitulada al español).
Giuseppe Verdi también compondrá óperas memorables, La Traviata, Il trovatore, Rigoletto -cuya versión abreviada y en inglés pero con subtitulado español encontrarás en el blog en este enlace).
Basándose en la mitología germana, Richard Wagner compondrá su famosa tetralogía, entre la que se encuentra la ópera Las Valquirias, y de la cual es famosa su cabalgata. Escoge tu puesta favorita:
Ejercicio 3: mira los videos de las versiones abreviadas de Carmen, Rigoletto y la versión cuento de El zar Saltán y resume los argumentos, nombra los autores y cita el aria más conocida de cada una de las obras diciendo qué personaje la canta y en qué situación.
Ejercicio 4: describe a elección cualquiera de las obras intimistas para piano propuestas en la entrada y las emociones que te transmite.
Ejercicio 4: describe a elección cualquiera de las obras intimistas para piano propuestas en la entrada y las emociones que te transmite.
Ejercicio 5: toca en flauta este fragmento de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Antonin Dvorák, graba un video casero y envíalo a la profesora.
Ejercicio 6: lee estas entradas (POEMA SINFÓNICO 1, POEMA SINFÓNICO 2) sobre el género nuevo, el poema sinfónico. Enumera sus características y relata con tus propias palabras el argumento de los siguientes tres poemas: En las estepas del Asia central, de Borodin, L'apprenti sorcier, de Dukas y Una noche en el monte Pelado, de Mussorgsky.
Si quieres un punto extra envía a la profesora un vídeo tocando este arreglito del poema sinfónico: En las estepas del Asia Central.
Ejercicio 7: lee esta entrada (Músicos y Napoleón) y responde: ¿Qué es un lied? ¿Sobre qué habla el lied de Schumann estudiado en esta entrada? ¿Qué melodía incluye? ¿Qué obra y de qué compositor copia esta idea?
¿Qué dice la letra de Dios salve al zar y en qué obra y de qué autor la encontramos?
Ejercicio 8: Lee esta entrada: (Músicos y Napoleón III) y responde: ¿Qué melodías inglesas están incluidas en La victoria de Wellington, de Beethoven? Escucha la Obertura 1812, de Tchaikovsky, e identififca las melodías populares insertas en la pieza.
Escucha la Cantata 5 de mayo, de Berlioz.
Ejercicio 9: mira este video sobre estos instrumentos, clasifícalos y describe las diferencias. Cita al menos una obra en que aparezcan.
Una de las rupturas que este periodo pasional, tendiente a la ruptura de reglas y de estructuras, se ve en la incorporación de un coro y cuatro solistas vocales en el último de los movimientos de la última de las sinfonías que compuso Ludwig (Luis) van Beethoven.
Ejercicio 10: escucha el movimiento previo y haz un resumen del contenido de la letra, indicando quién canta en cada momento (si el coro o cuál de los solistas -nómbralos según su registro vocal-.
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