Luego de ver la ópera de Henry Purcell y de nuestra visita a los reinos púnicos y a los aposentos de la magnífica reina Dido, los alumnos fueron invitados a crear su propia versión del relato.
Emociones despertadas en Lucía:
DIDO Y ENEAS
Siempre he sido fanática
de las historias de amor, me encanta
saber que a pesar de todos los obstáculos que puedan
haber,
los enamorados hacen lo posible por estar juntos,
aunque desgraciadamente, la mayoría de las veces puede acabar en
desilusión, engaño y en algo que añoramos más que
nada o algo que necesitemos desesperadamente, por lo que no siempre el amor es felicidad
plena o absoluta.
Al leer la historia
acabé comprendiendo que a todos les puede afectar la historia
de distinta manera, no con el mismo sentimiento; a mí personalmente me afecto de la
manera más mísera posible,
mientras que a otros no, en
mí caso
solo pensaba en lo mal
que lo deberían de estar pasando,
en la decisión tan dura que tuvo que tomar Eneas de irse y de lo horrible que lo debió de pasar Dido por la partida
del hombre que amaba.
Esta historia también me hizo recordar
algo bueno y es que la
familia siempre está para ti, que fue lo que paso con Anna, ya que se notaba que ella lo
que quería era que Dido
fuera feliz y que se recuperara de la tristeza que tenía
por la huida de Eneas.
Me impresionó la manera en la que Dido dependía de Eneas, es decir, la manera en la que le llegó a querer de una forma tan lamentable porque demuestra que no puede vivir sin
él y que una ruptura o la partida de alguien
que amas, te puede hacer tal daño mental que es incluso desgarrador.
Una de las partes que más me afectó fue la muerte de Dido ya que me pareció
de lo más inesperada, ya que pensé que de alguna
manera con la ayuda de su hermana Anna lograría superar la huida de Eneas, pero desgraciadamente no fue así, ya que tenía demasiada tristeza en su interior como para seguir viviendo,
por lo que acabó terminando con su vida de una manera demasiado horrible
para la imaginación
de cualquier humano,
suicidándose.
Por último me parece muy bonito lo que hizo Anna con el cuerpo difunto de Dido,
ella, intentó darle las gracias a los
dioses por lo que habían hecho por Dido ya que esta, ahora estaba en un lugar mejor, sin sufrir y sin que su hermana
sufra por su tristeza.
En mi opinión
es una historia
bastante triste, conmovedora y sentimental, ya que me gusta que de alguna manera el autor intente demostrar que no
todas las historias
de amor tienen que terminar en el típico final feliz, aunque me encante que acaben juntos y felices, sé perfectamente que la historia de Dido y Eneas debía de terminar así.
Versión de Iria:
Dido era la directora de la Universidad Sorbonne, en París. Su hermana Belinda era su secretaria. Dido era una mujer muy hermosa, pero a la vez muy responsable, muy inteligente. Todos le tenían respeto, y al ser tan hermosa había muchos profesores de la Universidad que intentaban salir con ella. Pero ella los rechazaba a todos. Dido, antes de convertirse en la directora de la Universidad era una profesora en Alemania y tenía un marido. Al matar su hermano a su marido ella cogió todo lo que le quedaba y se marchó. Con mucho esfuerzo consiguió llegar a ser directora.
Un día entró en la Universidad un nuevo profesor llamado Eneas, fue amor a primera vista. Belinda, que quería ver a su hermana feliz le dijo que le diera una oportunidad al profesor. Dido y Eneas salieron en una cita.
Desde entonces Dido y Eneas pasaban todo su tiempo libre el uno con el otro. Pero un día el padre de Eneas le llamó y le dijo que volviera a casa porque tenía que casarse con una mujer a la que se había prometido cuando era joven. Eneas intentó hacer entrar en razón a Dido, pero ella se sumió en una enorme tristeza.
Cuando Eneas partió, ella al sentir tanto dolor dejó de comer y de beber, y se puso muy enferma. Belinda la llevó al hospital. A la semana de llegar al hospital falleció.
Un mes después Eneas volvió porque su mujer había muerto de cáncer y quería recuperar a Dido. Cuando llegó, Belinda le contó todo lo ocurrido y él cogió un lápiz y se lo clavó, no quería seguir viviendo, ya que el amor de su vida había muerto por su abandono.
Fueron enterrados juntos, se reencontraron en el cielo y se amaron todos los días. Belinda pasó a ser la directora de la universidad y años después mandó construir una universidad en honor a su hermana.
Leamos el trabajo de Lucía:
Dido, la reina norteafricana de la ciudad de Cartago.
Dido tuvo que huir de su tierra después de que su hermano Pigmalión matase a su marido. Con su hermana Belinda y un grupo de leales acampó en la actual Túnez, en la costa del norte de África.
Iarbas (Jarbas), un rey local, estaba dispuesto a venderle un trozo de tierra a condición de que no fuese más grande que la piel de un toro. La astuta Dido cortó entonces la piel de un toro en pequeñas tiras y demarcó el lugar sobre el que quería fundar la ciudad de Cartago.
Estaba haciendo sus labores de reina junto con su hermana Belinda que siempre la ayudaba con el reino, entonces en ese momento Belinda le dijo a su hermana que si no le apetecía tener un amor, en ese momento Dido saltó ofendida ya que ella decía que iba a ser fiel a su difunto esposo y no estaría con nadie más, su hermana que era muy pícara le fue llevando hombres al palacio pero Dido no era tonta así que se dio cuenta y le dijo que su decisión era firme.
Unos días más tarde llegó Eneas, el príncipe troyano, su barco se había alejado de su ruta debido a una tormenta sobre la costa de Italia. Pidió si podía quedarse en ese reino hasta que arreglasen sus barcos, Dido le dijo que sí que podía y que le ofrecía una habitación en palacio. Al día siguiente Dido organizó una cena para conocerse, cuando Eneas entró el salón de la comida, Dido se enamoró de él, en ese momento su hermana que ya estaba atenta se dio cuenta de lo que pensaba su hermana. A la mañana siguiente Dido le cuenta lo que siente por Eneas a su hermana, entonces se la ocurre montar una cacería y así podría estar con Eneas, durante la cacería empezó a llover entonces Dido y Eneas se refugiaron en una cueva, Dido sabía que no podía enamorarse de él ya que seguramente iba ser un necio como todos los hombres pero durante todo aquel rato que llovió se dio cuenta de que no era así, le contó todas sus hazañas y poco a poco se fue enamorando más de él. Cuando acabó la lluvia ya era de noche así que fueron a dormir pero Dido lo invitó a dormir con ella. El tiempo pasaba y sus barcos ya estaban listos y el pueblo se daba cuenta de que su reina era una fresca ya que rechazó a muchos príncipes ya que decía que era fiel a su difunto esposo y luego resulta que se va con un príncipe. Una de esas noches Eneas tiene una visión: Júpiter le dice que tiene que marcharse ya que ese no era el destino que él le dio: debía dirigirse a Italia,
Como Eneas temía a los dioses le hizo caso, se despertó y se fue con su tripulación rumbo a Italia sin decirle nada a Dido. Al rato llega Belinda con aires nerviosos a despertar a su hermana para avisarle de que Eneas se había ido, ella pensaba que se lo inventaba pero cuando divisó los barcos se entristeció tanto que en una semana no salió de su cama hasta que un día para sorpresa de Belinda se la encontró arreglada y contenta, ella se sorprendió dado el estado de ánimos que tenía los días anteriores, así que feliz se fue a preparar un sacrificio para dar gracias a los dioses por el cambio de ánimos de su hermana, pero el verdadero motivo era que había decidido quitarse la vida para solucionar todos sus problemas, diciendo lo siguiente:
Cuando esté acostada, tumbada en la tierra, que mis errores no causen problemas en tu pecho. Recuérdame, recuérdame, pero ¡ah! olvida mi destino. Acuérdate de mí, pero ¡ah! olvida mi destino.
FIN
Ahora pasemos al trabajo de Alicia:
La protagonista de esta historia es Dido, una reina de Cartago. Ella era una gran reina, era muy trabajadora y tenía la confianza de su pueblo. Su hermana, Belinda, veía tan seria a Dido que pensaba que con un novio sería más feliz.
Belinda, de vez en cuando, mandaba a un hombre a su hermana para que hablasen, se conociesen y tuviesen una cita. Dido rechazaba a todos los pretendientes poniendo de escusa que tras la muerte de su marido jamás se volvería a enamorar.
Un día, en la costa, aparecieron varios tripulantes de un barco que había naufragado a causa de una tormenta. Los tripulantes eran troyanos y entre ellos se encontraba Eneas, un príncipe de Troya de lo más apuesto. Los troyanos encontraron a Belinda, a la que preguntaron si Dido podría ayudarlos. Belinda fue a hablar con Dido y le habló del naufragio y sobre Eneas. Belinda estaba segura de que Dido se quedaría impresionada al ver a Eneas, por lo que le propuso celebrar una cena en honor a este.
Dido esperaba tranquila a que el príncipe del que tanto había oído hablar llegara. Al cruzar este la puerta del comedor, la reina se quedó boquiabierta. Belinda los presentó y los dejó solos. Pasaron la noche charlando y Dido decidió programar una cacería para el día siguiente.
Pasó la noche y llegó la cacería, que se vio interrumpida por una tormenta. Eneas y Dido se separaron del grupo y se resguardaron en una cueva. La reina intentaba no hacer notorio su amor por el príncipe, pero tras hablar más tiempo se dio cuenta de que Eneas, aparte de ser guapo y corpulento, era inteligente y cariñoso.
Pasaron los días y los dos empezaron una relación. Dido empezó a pasar mucho tiempo con Eneas. Poco a poco dio de lado a su reino y comenzó a delegar su trabajo en Belinda. Esto no le sentó bien al pueblo, pues Dido había jurado fidelidad a su marido. Todo se agravó cuando Eneas empezó a dar órdenes a los cartagineses.
Entre tanto, los barcos, gracias a los recursos otorgados por Dido, quedaron terminados y listos para zarpar.
Una noche, mientras los dos amantes dormían, el dios Júpiter se le apareció a Eneas en sueños. El dios le exigió que acabase con su cometido, que luchase y construyese una segunda Troya.
A la mañana siguiente, Belinda despertó a su hermana con malas noticias, su novio y los troyanos habían partido. Dido se lamentaba y maldecía a Eneas, ¿cómo podría gobernar a su pueblo ahora? Los había dado de lado y estaban enfadados.
Pasaron semanas y la reina no salía de su habitación. Un día salió de sus aposentos formalmente vestida y con el carácter que la caracterizaba. Belinda se alegró mucho y fue a preparar una gran fogata para celebrarlo. Estando Dido sola dijo:
Cuando esté tumbada en la tierra, que mis errores no creen problemas en tu pecho.
¡Recuérdame! Pero olvida mi destino.
Entonces Dido cogió un puñal y se lo clavó. La reina cayó muerta y fue despedida como la gran reina que fue, siendo quemada en la hoguera.
Trabajo de Sonsoles:
Trabajo de Moira:
No hay comentarios:
Publicar un comentario